La fotografía nocturna quizá sea una de las disciplinas fotográficas más espectaculares. También, por otro lado, quizá sea una de las disciplinas que más distorsiona la realidad, en alguna de sus variantes, puesto que nos ofrece capturar escenas que el ojo humano es incapaz de apreciar. Me refiero a capturar la Vía Láctea en todo su esplendor (cosa que a simple vista no es fácil), a conseguir ver trazas de estrellas o incluso crear las irreales circumpolares, a conseguir paisajes «marcianos» en una atmósfera terrestre.
Es lo bonito que tiene muchas veces la fotografía. Que usada con criterio, nos permite alterar la realidad y crear mundos, crear historias, crear belleza.
Tus dos mejores amigos, además de una cámara que posea modo BULB (modo para exposición prologada), para la fotografía nocturna serán tu trípode y un cable disparador o un disparador remoto. En cuanto al primero, hemos de darnos cuenta que la cantidad de luz se reduce. Esto implica que necesitamos estabilidad. Recomendable un trípode con cierto peso y al que poder colocarle un contrapeso para eliminar o minimizar toda posibilidad de movimiento.
Tus dos mejores amigos serán el trípode y un cable disparador o disparador remoto
También cuando disparamos directamente, el pulsar el obturador puede provocar vibraciones. Para minimizarlas, además de usar la opción de levantar el espejo (si usamos una réflex) puede usar un cable disparador. Los disparadores remotos por infrarrojos a veces dan problemas con el modo bulb y solo permiten exposiciones controladas hasta 30 segundos, por lo que deberás consultar el manual de tu disparador de infrarrojos. Con el cable no pasa esto nunca. Un clic para disparar, bloqueas el pulsador y esperas el tiempo fijado. Otro clic y listo.
Lo deseable en cuanto al cable es que sea de tipo intervalómetro (con pantalla LCD), con un cronómetro para controlar el tiempo. De forma automática al llegar al tiempo programado el segundo clic será automático y el botón del intervalómetro desbloqueará el obturador de la cámara. Puedes apañarte con uno sencillo sin pantalla ni otras opciones y controlar el tiempo de exposición con tu reloj o tu móvil.
Además de esto, una vez que avances en la fotografía nocturna te serán de utilidad los siguientes elementos:
Dentro del equipo básico, además de los elementos anteriores y nuestra cámara, hay que tener en cuenta algunas aplicaciones móviles (hay muchas) que son esenciales para programar nuestras salidas y trabajar en la fotografía nocturna. Desde las que nos ofrecen la información sobre la salida del sol y su puesto, las fases de la luna o aquellas que nos ayudan para calcular la hiperfocal.
Cuando vamos a realizar fotografía nocturna, una recomendación es que nunca vayamos solos
Aunque no forma parte del equipo, si vamos a realizar fotografía nocturna, una recomendación es que nunca vayamos solos. Sobre todo si es en el campo (también en ciudad, para evitar, en ese caso, posibles hurtos). Hay que tener en cuenta que en medio del campo suele haber poca o ninguna cobertura móvil y si te pasa algo siempre es mejor minimizar las posibilidades y contar con un compañero que te pueda ayudar o avisar a los servicios de emergencia.
Crepúsculo (y no la película) es el intervalo antes de la salida o después de la puesta del Sol, durante el cual el cielo se presenta iluminado de manera tenue, suave, y donde los colores del cielo se alejan del azul habitual del día, lo cual en términos fotográficos es verdaderamente un tesoro por descubrir.
Este fenómeno crepuscular se produce al iluminar las capas altas de la atmósfera de forma mucho menos perpendicular. Recopilamos detalles:
Sí, fotos nocturnas en ciudades. Son diferentes. Pero de noche todo cambia, hay menos gente y en muchos lugares existen iluminaciones especiales para que sean más atractivos ciertos monumentos o edificios durante la noche.
Para conseguir la máxima nitidez en nuestras fotografías, debemos ajustar muy bien el enfoque
Para conseguir la máxima nitidez en nuestras fotografías, debemos ajustar muy bien el enfoque, lo que no será tan complicado como cuando hacemos fotografía nocturna en el campo, dado que la iluminación del paisaje urbano puede, incluso, bastar para que el autofocus funcione correctamente. De no lograrlo, lo más recomendable es enfocar en manual o uséis la hiperfocal, que veremos luego. Si no tenéis mucha práctica en este tema, no os preocupéis, haced una toma enfocando en manual, comprobad el enfoque y, si no está bien, volved a probar. La fotografía de un monumento es una buena situación para practicar el enfoque manual.
En general nos encontramos con tres tipos de situaciones:
La hora azul no es más que la hora previa a la salida del sol y la previa a su puesta (estos intervalos de tiempo son aproximados) produciéndose un azul intenso en el cielo. Esta luz tiene ciertas particularidades. Por ejemplo, durante estos periodos de tiempo, la luz natural es muy difusa, lo que se traduce en una alta calidad de la iluminación de la escena.
Por otro lado, la situación del sol respecto al horizonte hace que se produzca un curioso fenómeno físico, de manera que se produzcan los espectaculares amaneceres o atardeceres repletos de colores cálidos. Además de fotografiar paisajes con esta luz tan sugerente, fotografiar durante estos periodos es altamente apropiado para los paisajes urbanos por un simple motivo. Y es que entonces las ciudades están alumbradas mediante la luz artificial de farolas, edificios, carteles publicitarios, etc, con lo que se mezcla la luz natural con la artificial, pudiendo captar cielos y construcciones urbanas iluminadas simultáneamente.
Jugar con la temperatura de color nos permite modificar los tonos de la fotografía. Podemos potenciar los naranjas subiendo la temperatura de color con el ajuste preestablecido de nublado, que usará una temperatura de color entre 6.000 y 7.000 grados kelvin, según el modelo de cámara. Si queremos tonos más azulados, utilizaremos el ajuste preestablecido de tungsteno, que son 3.200 grados Kelvin. Recordad que si trabajáis en RAW, podréis cambiar fácilmente la temperatura en el procesado.
Pensad en una escena en pleno centro de vuestras ciudades. Aunque sea noche cerrada nos enfrentaremos a una legión inmensa de luces procedentes de farolas de todo tipo, carteles luminosos o incluso luces de escaparates. En estas ocasiones, como debemos hacer siempre antes, teniendo en cuenta la escena y la foto que queremos hacer, sabemos que será difícil compensar tanta contaminación lumínica. Podremos optar por pasar la fotografía a blanco y negro, obteniendo nocturnas de alto contraste.
Pero y ¿si no hubiera contaminación lumínica? Pues en Xataka Foto nos lo explican.
Lo primero que necesitamos es aprender a realizar una medición correcta. Existen bastante formas de hacerlo. Normalmente si estamos en el campo, alejados de la ciudad y con niveles bajos de contaminación lumínica solemos exponer, como regla general, para el cielo. Es decir, trataremos de lograr una exposición correcta del cielo en función de si queremos más o menos estelas o deseamos mostrar la Vía Láctea, usando ISOs altas.
Se suele usar la ISO más baja posible (normalmente 100) para minimizar el ruido de la fotografía. Esto, sin embargo, aumenta el tiempo de exposición, que también provoca ruido. Normalmente hay que encontrar un equilibrio entre el tiempo de exposición (proporciona el movimiento de las nubes y las estrellas) y la ISO (que cuanto más alta más ruido genera). La reducción de ruido en cámara trabaja realizando una segunda fotografía con el obturador cerrado y le resta a la primera exposición, los llamados píxeles calientes. Esta segunda foto tarda lo mismo que la primera en exponerse, doblando el tiempo que necesitamos para sacar una fotografía. Si hacéis una foto de cinco minutos, hasta pasados 10 minutos, la cámara no terminará y si hacéis una de una hora, tenéis otra hora más de la cámara aplicando la reducción de ruido.
El ruido se va incrementando exponencialmente a medida que utilizamos valores de sensibilidad más altos, especialmente cuando superamos los modos nativos del captor de la cámara y entramos en valores forzados. El ruido que generan los sensores digitales no es siempre el mismo, ya que en realidad no es ni más ni menos que eso, ruido electrónico, interferencias. Parece lógico pensar entonces que si repito la toma, obtendré la misma fotografía (siempre que no sea una escena estática, claro está) pero con un ruido aleatorio y diferente cada vez, aunque similar en cantidad y tipo, pero no exactamente igual. Podéis ver el truco en Xataka Foto.
La medición es el paso que requiere hacer más cálculos y tenemos que estar concentrados para ahorrar tiempo y no tener demasiadas pruebas erróneas
La medición es el paso que requiere hacer más cálculos y tenemos que estar concentrados para ahorrar tiempo y no tener demasiadas pruebas erróneas. En los parámetros que determinan la medición, tendremos presente los siguientes aspectos:
Si tenemos una cámara con sensor APS-C y trabajamos con el zoom 18-55mm en la posición más angular, que es 18mm, multiplicaremos 18 por 1,5 (18×1,5=27) para tener la distancia focal en Full Frame y dividiremos 500 por esta cantidad. El tiempo máximo de obturación para no tener las estrellas con movimiento, haciendo la foto con distancia focal 18mm, es 500/27=18,5 segundos. Para Full Frame será igual pero sin realizar la multiplicación.
Una vez conocemos cómo afectan los parámetros de medición a nuestra fotografía, un punto de partida, cuando tenemos luz de luna iluminado los elementos de nuestra fotografía, es hacer una prueba con ISO 100, diafragma f/4 y tiempo de exposición 500 segundos. Pero para no estar una eternidad para ver si hemos acertado, lo mejor es aplicar la ley de reciprocidad: subiremos el ISO al máximo que dé nuestra cámara (para el ejemplo usaré 3200 ISO) y reduciremos el tiempo tantos pasos como pasos de ISO hemos subido. De 100 ISO a 3200 ISO tenemos: 200, 400, 800, 1600 y 3200 ISO que son 5 pasos. Ahora reducimos el tiempo cinco pasos, empezando en 500 segundos: 500, 250, 125, 60, 30 y 15 segundos.
Nuestra medición de prueba queda en ISO 3.200, diafragma f/4 y tiempo de exposición de 15 segundos, lo que nos permite ver los resultados rápidamente y realizar los ajustes que nos interesen. Una vez hechos, no olvidemos bajar a 100 ISO y realizar el proceso a la inversa para tener el tiempo de exposición correcto.
Cada uno debe aprender a encontrar su luz en la oscuridad, como vemos aquí:
Además de estelas de estrellas, movimiento en las nubes o bien mostrar la Vía Láctea, en la fotografía nocturna de larga exposición podemos encontrarnos con la realización de circumpolares. Una técnica que permite, mediante varias capturas desde la misma posición y con la misma duración, captar el movimiento circular de las estrellas en relación a la Osa Polar, que, como sabemos, apunta al Norte.
Cuando uno se inicia en fotografía y sobre todo si lo que le gusta es la fotografía de paisaje uno de los errores mayores es olvidarse de la apertura (o dejar el modo automático, incluso), enfocar al infinito y disparar. Vamos, que enfocamos a aquella montaña o árbol que vemos allí lejos.
Cuando uno se inicia en fotografía (sobre todo de paisaje), uno de los errores habituales es olvidarse de la apertura, enfocar al infinito y disparar
Así, normalmente, lo que está en primer plano resulte algo más desenfocado mientras que el fondo queda nítido. Bien, esto en algunas fotografías puede quedar bien, pero cuando empiezas a entender la composición y cómo equilibrarla, sueles darte cuenta de que quizás el primer plano debería tener el mismo grado de detalle (nitidez) que el fondo. Esto suele pasar porque pensamos, de forma equivocada, que en los paisajes miramos solamente al infinito, al horizonte, al fondo, en definitiva.
Entonces ¿cómo podemos definir la distancia hiperfocal?. La distancia hiperfocal es la distancia mínima a la que debo enfocar con mi cámara en unas condiciones de longitud focal y apertura del diafragma determinadas para que la zona razonablemente nítida que hay por detrás del punto de enfoque llegue hasta el infinito. Así tendremos tres variables: cámara, focal y apertura.
Para conocer la fórmula, es ésta: Distancia hiperfocal = focal²/(círculo de confusión x número F).
Además hay que tener en cuenta que el círculo de confusión varía en función del tamaño del sensor (full frame, APS o CSC por ejemplo).
De la fórmula, se deduce rápidamente que los objetivos gran angulares «tienen» mucha profundidad de campo ¿verdad? ya que cuanto menor sea el dividendo de esa fórmula menor será el cociente de la misma.
Sensor de 35 mm | f/8 | f/11 | f/16 | f/22 |
---|---|---|---|---|
20 mm | 1,66 m | 1,21 m | 0,83 m | 0,60 m |
24 mm | 2,40 m | 1,74 m | 1,20 m | 0,87 m |
35 mm | 5,10 m | 3,71 m | 2,55 m | 1,85 m |
50 mm | 10,41 m | 7,57 m | 5,20 m | 3,78 m |
70 mm | 20,41 m | 14,84 m | 10,20 m | 7,42 m |
100 mm | 41,66 m | 30,30 m | 20,83 m | 15,15 m |
135 mm | 75,93 m | 55,22 m | 37,96 m | 27,61 m |
Sensor APS-C | f/8 | f/11 | f/16 | f/22 |
---|---|---|---|---|
15 mm | 1,40 m | 1,02 m | 0,70 m | 0,51 m |
20 mm | 2,50 m | 1,81 m | 1,25 m | 0,90 m |
24 mm | 3,60 m | 2,61 m | 1,80 m | 1,30 m |
35 mm | 7,65 m | 5,56 m | 3,82 m | 2,78 m |
50 mm | 15,62 m | 11,36 m | 7,81 m | 5,68 m |
70 mm | 30,62 m | 22,27 m | 15,31 m | 11,13 m |
Pero si no te quieres volver loco con las matemáticas para calcular la profundidad de campo, podemos usar algunas herramientas, como DOF Calculator, donde me sale una distancia hiperfocal de 0,635m. Más exactamente: a partir de la mitad de 0,635m de mi cámara al realizar la fotografía quedará enfocado perfectamente. O bien, usar otra aplicación para Android realizada por Iván Sánchez «Fusky», un conocido fotógrafo especializado en nocturnas: Hyperfocus. Si usáis iOS podéis utilizar SetMyCamera.
Esto es muy útil, en fotografía nocturna o en condiciones de baja luz. Enfocamos a la distancia hiperfocal y ya podemos dejar nuestro enfoque en manual y olvidarnos del autofocus el resto de la noche.
Un apunte, la profundidad de campo no es un «valor absoluto». Tiene también relación con el soporte de salida de la fotografía y la distancia desde la que se verá. No es lo mismo ver la fotografía desde el monitor, en la pantalla de la cámara que en una pared a 20x25cm o a un tamaño de 100x150cm. La sensación de nitidez será diferente en cada caso.
Lighpainting significa «pintar con la luz». Etimológicamente es prácticamente lo mismo que la palabra fotografía. Consiste en dibujar con una fuente de luz diferentes formas durante una fotografía de larga exposición.
La historia del Lightpainting se remonta a 1914 cuando Frank Gilbreth y su esposa Lillian Moller Gilbreth utilizaron por primera vez pequeñas luces para seguir el movimiento del proceso de fabricación de su empresa en una fotografía de larga exposición. Su intención no era producir las fotografías como una actividad artística, sino estudiar la posibilidad de simplificar el trabajo que se desempeñaba en su empresa, aun así produjeron la que para nosotros hoy en día se conoce como la primera fotografía en la que la escena estaba pintada con luz.
Lo impresionante de esta técnica es que podemos usar cualquier tipo de iluminación y emplear una variedad de colores para obtener diferentes resultados
Más tarde, en 1935, Man Ray fue el primer artista en explorar la técnica del Light painting. Su mayor contribución a esta disciplina se produjo en su serie de fotografías: «El espacio de escritura». Man Ray abrió el obturador de su cámara y utilizó una linterna pequeña para crear una serie de remolinos y líneas en el aire.
Lo impresionante de esta técnica es que podemos usar cualquier tipo de iluminación y emplear una variedad de colores para obtener diferentes resultados. Ya no importa mucho el balance de blancos. Todo es creatividad.
Es recomendable realizar el lightpainting con linternas led con diferentes geles de colores, porque estas crean líneas más delgadas y precisas que cualquier otro tipo de linterna (por ejemplo esferas de luz). Pero vale cualquier fuente de luz. También son muy utilizadas: lana de acero para crear efectos tipo «chispas de luz» o el hilo luminoso.
Hay un tema que es bastante recurrente en la fotografía nocturna: las ruinas. A los que nos gusta la fotografía nocturna nos encanta fotografiar ruinas. Si la larga exposición genera en el espectador la idea del movimiento y el paso del tiempo, en el caso de las ruinas este segundo efecto también se produce. Existen multitud de recursos online para ello, como por ejemplo: Los pueblos deshabitados, un interesante blog sobre esta temática. Quizás dentro de nuestro panorama nacional, uno de los más interesantes es el pueblo de Belchite, en Zaragoza, totalmente abandonado y destruido durante la Guerra Civil Española, al cual pertenece la siguiente imagen.
Por eso, nos dedicamos habitualmente a buscar localizaciones como ermitas abandonadas, fábricas en desusos, molinos abandonados, árboles secos en medio del campo y cualesquiera otros elementos que nos sugieran el paso del tiempo.
Hay muchas maneras de calcular el tiempo de exposición para fotografía nocturna. Depende en cada caso de lo que queramos conseguir. Una de las formas más sencillas para una exposición correcta del cielo nocturno es la siguiente:
Hay que tener en cuenta que a mayor tiempo de exposición, el sensor puede calentarse más. Algunas cámaras antiguas no están muy preparadas para ello.
En general, el cálculo del tiempo de exposición es igual para todo tipo de fotografía de larga exposición por lo que os recomiendo leáis la Guía de fotografía de larga exposición de Xataka Foto.
Aquí podríamos estar hablando horas y horas del tema. Además de compensar iluminaciones o eliminar dominantes. Os recomiendo el siguiente truco. Como ya habéis visto, en la fotografía nocturna de larga exposición (la que suele tener más seguidores), es muy habitual iluminar utilizando linternas o flashes.
En ocasiones, al realizar fotografía nocturna nos encontramos con un problema muy típico: dado un tiempo de exposición determinado no somos capaces de iluminar o pintar la escena en ese tiempo. Normalmente porque la escena es demasiado grande. Si bien disponemos de nuestro ejército de flashes y/o linternas bien preparados, no nos da tiempo a iluminar todo en una sola toma.
Bien, hagámoslo por partes. Supongamos que tenemos 4 minutos para una correcta exposición del cielo. podemos iluminar tranquilamente la parte inferior hacer un camino perfectamente iluminado. A continuación en una segunda toma iluminar otra zona. En una tercera, el resto. En definitiva, tantas veces como lo necesitemos. Vamos iluminando lo que nos da tiempo.
En conclusión: no es fácil. Pero, la fotografía nocturna es muy divertida y ofrece muchísimas variantes. Esperamos que con esta guía os entren las ganas de iniciaros en tan apasionante disciplina. Y recordad, si es en compañía de alguien mucho mejor, más seguros y os lo pasaréis mejor.
Fotografía de portada | Vincent Chin